Saber pedir ayuda. Compartir Cuidados.

En nuestra cultura hemos sido educados/as para dar. Damos, en suma,
nuestra energía vital según lo que se espera de nosotros/as y lo asumimos
como algo natural y necesario. Cuando somos cuidadores/as de personas
con Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia neurodegenerativa,
podemos sentir que esa energía vital se nos agota, quizá ese sea el
momento de plantearse el pedir ayuda. O incluso antes, como escuché en
una ocasión, una manera de prevenir el Síndrome del cuidador/a quemado/a,
es solicitar ayuda cuando empiezas a sentirte “quemadito/a”.

La realidad es que las personas no somos autosuficientes y, desde luego, no
podemos hacer absolutamente todo por nosotros/as mismos/as. Podemos
decidir no pedir ayuda; cierto, pero eso sólo nos servirá para limitarnos.
Desde Afalu, queremos llamar tu atención sobre los siguientes indicadores
de sobrecarga del cuidador/a:

  • Cansancio persistente.
  • Problemas de sueño.
  • Disminución o abandono de las aficiones.
  • Desinterés por vivir nuevas experiencias.
  • Elevada irritabilidad.
  • Dolores o molestias sin tener ningún problema de salud aparente.
  • Aislamiento social.
  • Consumo de ansiolíticos y/o antidepresivos.
  • Niveles de estrés y/o ansiedad elevados.

Si al leer esta lista, te ves reflejado/a en alguno de ellos, desde nuestra
Asociación ponemos a tu disposición nuestro equipo de profesionales para
aportarte el apoyo y el asesoramiento psicológico que necesites. También
disponemos de un grupo de Apoyo a las Familias, porque el camino a
recorrer en el cuidado de un familiar con Alzheimer es largo, y pasa por
diferentes etapas, será más fácil si no lo recorres solo/a.